Es innato al ser humano la inquietud de emigrar para descubrir nuevos mundos y horizontes, esto debido a distintas circunstancias que van desde lo recreativo hasta la necesario. Con el tiempo ha tenido que adaptar su comportamiento, así como su manera de socializar con sus similares, y con los utensilios que emplea en los diferentes entornos en los que se desenvuelve. Aún en pleno siglo XXI, no ha cambiado mucho esta situación, de hecho solo se han modificado o transformado las herramientas sociales, culturales y físicas.