<La puntualidad es el alma de la cortesía>.
Refrán inglés
<Llegar tarde es el primer signo de decadencia en una sociedad, cuando ningún ciudadano siente respeto por el tiempo del otro>.
H. G. Wells
Informalidad en México
Cada país de la tierra tiene sus características propias que lo describen y definen, y con frecuencia llegan a convertirse en tema de burlas, bromas y materia de críticas bien o mal intencionadas.
No quisiera entrar en detalle acerca de esos clichés que circulan sobre otros países porque puede considerarse ofensivo, injusto o provocativo, de manera que sólo me referiré a mi patria, México, para señalar una de tantas singularidades que padecemos o gozamos: la informalidad.
La informalidad permea distintos (todos) ámbitos de nuestra sociedad, y aunque el contexto de esta reflexión es otro, voy a consignar un dato que produce alarma, risa o pánico tal vez:
Nivel de informalidad en México
“Durante agosto del 2019 la informalidad laboral en México repuntó a un nivel de 56.3% {…} trabajadores que se encuentran vulnerables en sus empleos por las condiciones no reglamentadas de los mismos, la mayoría carece de contratos, prestaciones sociales o jornadas adecuadas” (García, 2019).
Mucha informalidad, demasiada, aunque como dije no es mi tema.
Lo que pretendo comentar es otra clase de informalidad, la de las llegadas tarde o de plano no llegar, la de “quedar mal” en la entrega de un trabajo, la de incumplir algún acuerdo, la de hacer mal las cosas; y en ese tipo de informalidad también somos expertos.
No es ninguna gracia, es penoso, y más cuando cada extranjero que llega a nuestra bendita tierra lo nota y a la vez lo sufre, y quienes se quedan a radicar temporal o definitivamente al poco tiempo se acostumbran y algunos terminan por asimilarlo y a final de cuentas adoptan la mala costumbre para no discrepar.
Específicamente voy a hablar sobre la “impuntualidad”.
Impuntualidad en México
En una ciudad tan grande como México se puede tolerar un margen de 10 o 15 minutos después de la hora pactada debido a lo cargado del tránsito y a las complicaciones del transporte público, sea el que sea, pero, si ya se conocen los inconvenientes que provocan contratiempos es razonable esperar que se tomen precauciones al respecto, es decir, salir un poco antes, pero normalmente no se hace precisamente porque la persona con quien se verificará el encuentro es igual de impuntual o tal vez peor.
Esa es la triste realidad, y al parecer a nadie le interesa demasiado, salvo cuando se tiene especial interés ($) en el encuentro.
Entonces es momento de explotar, de “mentar madres”, de lanzar maldiciones y pegar alaridos invocando a todos los demonios.
Mala educación
Para alguien con educación que tiene el hábito de llegar a la hora de la cita es muy molesto esperar aunque de antemano ya lo espera, porque así son las cosas y no vale la pena enfermarse del hígado por nimiedades, que no lo son tanto porque el tiempo tiene su valor.
Pero cuando se tienen “buenas costumbres”, por más que se sospecha que habrá que esperar la puntualidad se impone y se llega a tiempo.
Es cuestión de conciencia, de “categoría”, de “clase”, porque quien es impuntual sabe que hace mal y lo sigue haciendo, así como el que tira basura por la calle o el que circula por donde hay señales de que está prohibido. Simplemente es mala educación.
Desde un punto de vista algo profundo la puntualidad refleja el interés de una persona por el encuentro, y si se llega tarde es casi el equivalente de decir (demostrar) que no le importa un carajo el compromiso, el asunto o la persona de la cita.
La puntualidad es un asunto contextual, que implica valores culturales, educativos y psicológicos.
En ese mismo sentido, “Los mexicanos suelen ser impuntuales porque esta práctica es tendencia en todas las esferas de la vida y se ha convertido en costumbre.
La mayoría de los mexicanos que quedan en encontrarse a una hora determinada, saben que se encontrarán media hora después.
Esto es una suerte de acuerdo tácito en la población, que no genera grandes inconvenientes en la vida cotidiana, pero sí en lo laboral.
Este hábito ha llegado a tal punto que muchas empresas mexicanas están dispuestas a pagar un incentivo para que sus trabajadores lleguen a la hora” (Universia México).
Anécdota sobre informalidad
La informalidad en México llega a niveles extremos, y para ilustrarlo basta relatar un caso:
Sucedió en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro 2016, y la versión con matices de denuncia de una de las afectadas, Doramitzi González, provoca la rabia clásica de la impotencia.
Doramitzi, nadadora exitosa ganadora de medallas en diversas justas previas, (para ser precisos 11 medallas entre Sidney 2000, Atenas 2004 y Beijing 2008) participaría en la prueba de relevos mixtos de 4×50.
Pero el equipo mexicano fue descalificado antes de la prueba por la sencilla razón de que el personal de la delegación mexicana responsable de inscribirlos llegó tarde y no lo hizo a tiempo. ¡Qué frustrante!
Para que se supiera y de algún modo no quedara impune el hecho, la deportista publicó un video en el cual dice, por cierto llorando a lágrima viva todo el tiempo:
“Estoy muy triste porque el día de hoy se iba a nadar el relevo 4×50 mixto, y, pues resulta que llegaron tarde a la alberca, y, no les aceptaron el relevo, y no nos pudieron inscribir; esto pasa por llevar a gente que no sabe; y perdimos una medalla.
Me duele mucho porque ellos no me van a dar todo lo que me tocaba; nosotros íbamos a pelear por la medalla, y no se vale que esto pase porque entrenas tanto, y te rompen tus sueños sólo por una estupidez………de llegar tarde. Entrenas tanto, te dedicas tanto; no se vale que te hagan esto; no se vale”.
Me parece que agregar un comentario está de más.
Informalidad cotidiana
Cualquier trámite, ya sea gubernamental, bancario o comercial es una auténtico calvario.
Si solicitas los servicios de un arquitecto, un diseñador, un terapeuta; si requieres de un fontanero, un carpintero, un zapatero, un electricista, si llevaste un aparato electrónico con algún técnico inepto y holgazán, en todos los casos mencionados lo único seguro es que no tendrás resultados en la fecha convenida.
Bueno, hasta en el sector salud, ya sea público o privado, se manifiestan los efectos de la informalidad.
Te dan cita a las 10, y si bien te va te atienden a las 12, aunque estés al borde de la tumba y a punto de pasar a ser difunto.
Las palabras “cancelado”, “pospuesto”, “suspensión”, “reprogramar”, son muy usuales y no causan sorpresa, se trate de lo que se trate.
Impuntualidad en Latinoamérica
Es justo decir que la impuntualidad no es un patrimonio exclusivo mexicano, sino más bien latinoamericano.
Al respecto:
“En América Latina la impuntualidad prácticamente no tiene límites, hasta el punto de que las mismas autoridades políticas llegan tarde a las sesiones y debates de estado y actos oficiales. Ni hablar de aviones, trenes y autobuses, que en muchos países jamás llegan a la hora” (Bode, 2012).
Países más impuntuales del mundo
Según el trabajo de Meyer (2015), los países más impuntuales del mundo son:
Kenia, Nigeria,India y China, mientras que los más formales son Alemania, Suiza, Suecia, Japón y Holanda (Países Bajos). ¡Sorpresa!, en su estudio no menciona a México ni a otro país latinoamericano, lo que indica que, o bien no lo investigó a fondo o los consignados son aún peores, lo que provoca escalofríos.
Para revertir esa tendencia negativa sería preciso adoptar medidas coercitivas drásticas, como no esperar más de diez minutos, cancelar o sancionar, y que el derecho de aplicar dicha sanción corresponda al afectado.
Es urgente entender al fin que la informalidad no es ninguna gracia, más bien es vergonzoso, es algo así como una inercia que denota mala educación, inconsciencia, impertinencia, y ante todo un gusto deleznable.
Referencias
Bode, Joaquín, 2012, “La impuntualidad latina”, Veinte Mundos Magazine.
García, Ana Karen, 2019, El Economista, consultado en: https://www.eleconomista.com.mx/empresas/Informalidad-repunta-a-56.3-de-la-poblacion-ocupada-20190925-0053.html
Meyer, Erin, 2015, The Culture Map, obtenido de la casa de los shocolates: https://lacasadelosshocolates.wordpress.com/2015/06/16/impuntualidad-por-que-en-mexico-somos-tan-impuntuales/
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